30.000 amperios de electricidad

'Dicen que el rayo no cae dos veces en el mismo sitio. Pero eso es un mito. No sucede a menudo. Los rayos normalmente aciertan la primera vez. Cuando te golpean 30.000 amperios de electricidad, lo sientes. Puede hacerte olvidar quién eres, puede quemarte, dejarte ciego, parar tu corazón y causar graves lesiones internas. Algo que ocurre en una milésima de segundo, puede cambiar tu vida para siempre.
Un rayo no suele alcanzarte dos veces. Es algo que pasa una vez en la vida. Incluso si sientes el shock una y otra vez, con el tiempo el dolor se irá, el dolor pasará. Luego empiezas a curarte, a recuperarte de algo que nunca viste venir. Pero a veces, si estás en el lugar y en el momento adecuado, puedes soportar un gran golpe y aún tener otra oportunidad de sobrevivir.'

El camino de la vida, la vida con caminos.

Cuando conducimos y sabemos llegar al destino, estamos más tranquilos, sabemos por que calle tenemos que girar, cual es el camino correcto y como es y únicamente tenemos que estar pendientes de aquellos imprevistos comunes que ocurren a diario. Cuando no sabemos el camino, estamos inquietos, nerviosos, tenemos que estar pendiente de todo, de no equivocarnos y perdernos, y de no provocar un accidente por no ir pendiente de los imprevistos. 
Supongo que la vida es como ese camino que no sabemos, ese destino al que queremos ir pero no sabemos llegar. Tenemos que estar pendientes de todo para llegar a nuestro destino sanos y salvos, tenemos que estar pendientes de llegar a tiempo para que no sea demasiado tarde y podamos cumplir nuestro objetivo. En la vida, esos imprevistos son esas personas que desean tu mal y te ponen entre la espada y la pared, y esos accidentes, los llamamos "daños colaterales" y son aquellas personas a las que, sin querer, les hacemos daño cuando tomamos una decisión.
No saber nuestro camino en la vida es algo que nos acompañará siempre, porque cada cosa nueva que deseemos hacer tiene un camino nuevo, distinto y diferente a los demás. Pero, hay veces, que aunque sepamos el camino correcto, nunca sabremos lo que podemos encontrar a la vuelta de la esquina.

Radiantes de felicidad

'Se cree que pensar de manera positiva lleva a una vida más sana y feliz. De niños, nos dicen que sonriamos y seamos alegres y que pongamos buena cara. De adultos, nos dicen que miremos el lado bueno, hacer limonada y ver el vaso medio lleno. A veces, la realidad se interpone en nuestra capacidad de ser felices.
La salud puede fallar, los novios pueden engañar los amigos pueden decepcionar. En esos momentos es cuando quieres que sea real, dejar de fingir y ser tú mismo, asustado e infeliz.

Pregunten a la mayoría qué es lo que más quieren en la vida y la respuesta será fácil: ser felices. Tal vez se esta expectativa, el querer ser felices lo que nos aleja de conseguirlo. Puede que cuanto más lo intentamos, y cuanto más felices somos, nos volvemos más confusos hasta el punto de no reconocernos ni a nosotros mismos. En cambio, seguimos sonriendo, intentando por todos los medios ser las personas felices que nos gustaría ser. Hasta que al final aparece, porque siempre ha estado ahí, no en nuestros sueños ni esperanzas, sino en lo conocido, lo cómodo, lo familiar.'