Todo acabará superándose

Despertó. Poco a poco lo fue asumiendo. Lo había conseguido. Fue a la cocina con el único propósito de disimular su sonrisa mientras desayunaba. Después subió a su habitación y puso la música a tope. Era un sábado, hasta el momento todo era perfecto. Pronto llegó la tarde, hora de marcharse con las amigas. Hacía ya mucho tiempo que no le veía, que no pasaba horas, tardes, días, hablando con él. La tarde transcurrió con normalidad. Llegó la medianoche y fueron a los bares. Estuvo bailando y pasándoselo como nunca. Era feliz tenía la mente en blanco y en lo único en lo que pensaba era en pasárselo bien. Aquello cada vez se estaba llenando más y más. Cuando de pronto vio unos ojos que le estaban mirando. Era él. De pronto, oscuridad, negro, vacío, silencio. De nuevo todo volvía a ser horrible, raro. Ah, es que no os lo he contado. Él tiene un súper poder, justo cuando consigo que salga de mi cabeza, él vuelve usándolo. O bien me habla o tan sólo le veo, o, cualquier cosa es suficiente para que nunca consiga que salga. En cada cruce, ya sea de miradas o de palabras, siempre salgo perdiendo.

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